Un Angel caido
AQUEL HOMBRE proclama el amor que le tiene a aquella mujer, jura ser capaz de hacer cualquier cosa por ella, de alcanzar la exaltación o degradarse hasta la deshonra con tal de conseguirla. "Por tu amor haría lo que fuera; daría mi vida por ti", insiste, convencido. Y lo cree.
AQUELLA MUJER no considera sinceras las palabras de aquel hombre que proclama el amor que le tiene, que jura ser capaz de hacer cualquier cosa por ella, de alcanzar la exaltación o degradarse hasta la deshonra con tal de conseguirla. "¿Realmente darías tu vida por mí? ¿Harías lo que fuera?", pregunta, indecisa. Y no lo cree.
AQUELLOS EXTRAÑOS llegan hasta el borde de la azotea de ese edificio de siete pisos, siete. El viento sopla allí como una furia endemoniada. Abajo espera el asfalto. Ella lo mira con sus ojos capataces y comenta solemnemente (porque siente que aquel es un instante decisivo que amerita gran solemnidad), la frase destinada a terminar con el asedio: "No estaré segura de que me amas ni creeré en tu afirmación hasta que, sin haberme tenido, seas capaz de sacrificarte sin dudarlo. Entonces yo sabré que realmente me quisiste más que nadie". Él palidece. Ella mira hacia el vacío. El sol brilla sobre sus cabezas coronadas de polvo, coronadas de luz. Intentando parecer sereno (porque intuye que aquel es un momento supremo que requiere enorme serenidad), él contesta lo que concluirá de tajo con su lucha: "Si lo hago, moriré. ¿De qué servirá el que sepas que en verdad te amo, si ya nunca podrás ser mía?". Ella sonríe. Mide con cuidado cada sílaba pronunciada: "¿Ves cómo no era verdad que estuvieses dispuesto a todo por mí? ¿Te das cuenta de la manera en que tu supuesto amor flaquea ante la primera prueba? ¿Aceptas ahora que en realidad no me quieres al grado de dar tu vida por demostrarlo?". Él parpadea con nerviosismo. Ella mira el filo de la azotea. El sol no cesa de brillar sobre sus rostros bañados de sudor, bañados de reflejos. Él la ama. Se dirige hacia la orilla. Sube al borde y voltea a mirarla. Espera que lo detenga aunque sabe que no lo hará. Ella solamente observa. "Te amo", afirma él con tono inseguro, y salta. Durante su caída da vueltas en el aire, casi con gracia, antes de estrellarse. El sol no cesa de brillar. Ella mira hacia abajo. Ahora le cree. Pero no lo ama. Y en el funeral, que se celebrará al otro día, portará luto, llorando inconsolablemente por haber perdido al único hombre que realmente la amó.
8 comentarios:
Un angel caido, nos encontramos con momentos en la vida en que se requiere demostrar cuanto amas a esa persona, y cuando lo haces es esa persona la que quiso despegarse de tu lado... No siempre el amor es reciproco, eso es lo que nos mata o simplemente nos lleva a tomar la decision de tirarnos de la azotea para probarlo.
Un beso grande
Me parece una mujer demasiado caprichosa…
Y para rematar cobró la vida de quien más la amó para darse cuenta de ello.
Sin embargo es bastante interesante esa posición, y hasta muchas veces envidiable; más cuando yo siempre he sido o por lo menos siempre he protagonizado el papel del suicida.
Creo que hasta el sol de hoy, dos veces me he lanzado:
** La primera de un “pequeño balcón”.
** y la segunda, del rascacielos más alto, y más hermoso al que me haya subido.
Lo curioso es que aún sigo estando en caída libre.
P.D: Muy lindo tu escrito.
…pero nunca supe si al fin te llegó un mail que te envié.
Cuidate!!
es una historia que sin duda alguna hay que tomar de cualquier manera menos literalmente, literalmente me parece que el mensaje es estupido (mi punto de vista...aclaro)osea matate sin haberme tenido que al menos se que me amaste con desenfreno....bahh pfff patrañas!!
pasate por mi blog y mira el resto del comentario
uyy no, denme una gillete!!!
mmmm, un ángel al que amó o amarás Wao amores que se convierten en platónicos... ¿catarsis?
Hay!, cuantas personas no ha saltado al vacio por quién no lo merece y que solo exige el sacrificio para agrandar su ego, para sentirse importante con su patética y pequeña vida... el que exige algo así, no lo merece, es aquel que no lo pide y que te cree cuando lo demuestras, el que merecería algo así, pero como es el indicado, jamás va pedirte que lo hagas y sí vas a saltar, no lo te dejará caer sola....
Muy buena la historia...
Cuídate
Nos estamos leyendo....
Cuantas veces arrojamos un sueño al vacio, para caer en la cuenta de que podían salirle alas si le hubiesemos enseñado a volar.
guenas noches!
inumea
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